domingo, 17 de octubre de 2010

CAPITULO PRIMERO - REMEMBRANZAS

Scott Armstrong sentado en la cabina de su nave. Afuera cae el sol. Contempla su primera puesta de sol en Ganimedes. Solo se ve su sombra sentada en el sillón. Un brazo izquierdo estirado sosteniendo lo que parece una taza de café y del otro lado solo un cigarro asoma de vez en cuando.
...
Sentado en la cabina de mi nave. Mirando la lejanía, la soledad del desierto por entre el vidrio. Un desierto espacial con arena tan blanca!!! Parece una visión de montanas de azúcar. El sol ya se marcha y un frio indescriptible se apodera de la atmosfera. La calefacción de la nave se activa produciendo un suave zumbido por unos minutos. Me gustaría poder estar allí fuera, tirado en medio de la arena. Sintiendo el contacto de esta con mi piel. Sintiendo como la luz del sol me recorre de arriba abajo en su huida. Puedo ver la escena reflejarse en el vidrio.
La música suena al interior. Una canción finaliza y comienza otra con el sonido de la aguja restregando la superficie del disco. Maldición, esta canción, me revuelve las entrañas, los brazos me tiemblan y debo tomar la taza con ambos brazos. Mil imágenes juegan en mi mente, y apuro a vaciar una vez más algo de licor en la taza y luego en mi garganta.
Ah!!!
El fuego del ron apaga un poco el fuego en mi interior, pero es incapaz de detener las imágenes que se reproducen en el vidrio de la cabina.
Ahí está ese chico. Caminando solitario por una oscura calle repleta de escoria. Caminando entre vagabundos con canecas encendidas para darse algo de calor. Caminando con su cabeza agachada. Cubierta por una capucha que le cubre el rostro. Caminando con un arma en sus manos desde la cual chorrea algo hacia el asfalto oscuro. Es una sombra que recorre la calle. Una sombra sin rostro. Mierda. Apuro más ron para tratar de ahuyentar esos viejos fantasmas, pero la sombra sigue caminando, cruza hasta el final de la calle y se acerca a una esquina donde otro chico se encuentra acurrucado, tiritando de frio, con la cara entre sus piernas. El chico levanta el rostro. Un miedo profundo se apodera de mí, la tasa comienza a temblar en mis brazos y se me nubla la vista. Mi sombra se levanta de la silla y lanza la taza contra el cristal mientras un grito se ahoga en mi garganta. Sin embargo la escena continúa y el otro chico levanta el arma y apuntándola al chico acurrucado en el rincón. Su boca se abre y de ella sale un...
“Sabes que tengo que liberarte a ti también”
El chico acurrucado se levanta, llora en silencio, puedo escuchar como solloza. Luego abre sus brazos en un abrazó y de entre su sombra puede escucharse un te amo. El chico se funde en un abrazo hacia aquel que le apunta con el arma.
Mis piernas tiemblan y mis ojos se llenan de lágrimas. No soy capaz de mantenerme en pie, rompo en llanto, un llanto profundo, un llanto imparable.
Los chicos siguen abrazados. El chico del arma le susurra un...
“Ya es hora”
Y el otro chico se incorpora, toma algo que parece un punzón o un cuchillo del cinto del otro chico y lo entierra en el cuello del chico armado, mientras susurra también...
“Tienes razón, ya es hora”
Con el otro brazo sostiene el arma que el chico intenta apuntar hacía él. Con todas sus fuerzas, inserta aún más, el punzón en el cuello del chico mientras le susurra un...
“Te perdono”
La canción finaliza y en la cabina solo se escucha el sonido del vinilo contra la aguja del tocadiscos.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Siento ganas de destruir el mundo,
de ponerlo entre mis manos y cerrarlas con la fuerza que me da la rabia que me sale desde las tripas,
no desde el corazon ni el alma porque no los tengo,
tengo ganas de sonreir mientras mis manos se cierran sobre su cuello
y mis dedos se entierran en su piel,
mientras desgarro su carne y mi piel se entremezcla con la suya.
Se me llena la boca de saliva mientras lo pienso,
las pupilas se me dilatan y el pulso se me acelera
de solo pensar en su sangre hirviente bajando por entre mis manos,
de solo imaginarme el sentir el pulso de su cuerpo justo ahí en mis dedos.
Hoy siento ganas de destruir el mundo como Alexander,
tengo ganas de matar judios, gringos, negros, chinos, japoneses, indigenas,
niños y mujeres, ancianos y madres.
Quiero sentirme como la basura del mundo,
quiero que me odien, que me golpeen en la calle,
sentir su ira, sus sentimientos mas perversos,
para hacerlos mios....


En el pasado los hombres eran criados preparandolos para las batallas,
para la confrontación del hombre con el hombre,
para la conquista del mundo como su objetivo máximo,
hoy en cambio no somos mas que un montón de guiñapos,
criados para vivir bajo el miedo,
para estar debajo de, despues de, para ser remedos de hombre.
Por esto te pido que me disculpes si no te digo que te amo,
si no te digo cosas tiernas en publico,
disculpame si alguna vez sientes que soy demasiado frio contigo.
Lo que pasa es que no me puedo dar el lujo de que me vean flaquear,
no puedo permitir que piensen que soy debil,
no puedo permitirme que pierdas el respeto hacia mi
y que sientas que no puedo protegerte, no me juzgues por favor
es que siento que debo cuidar de ti.
Por favor no me dejes solo,
porque aunque parezca que nadie me importa,
tu si, tu eres lo único que me importa y necesito que me entiendas.
Necesito que me abraces y me tranquilices porque solo tu puedes,
solo contigo me siento mejor persona,
solo cuando estas cerca a mi siento que tengo que deferderme de todo,
siento que puedo confiar.
Por favor entiende que debo ser fuerte,
calculador, incluso frio. Que no puedo dejar que me veas titubear,
entiende que te necesito
porque eres lo que no me deja transformarme en un monstruo.
Tu eres lo dulce, lo calido,
eres la palabra adecuada en momento justo,
eres el beso y abrazo que me devuelven la vida y la cordura,
eres ese estar ahí en silencio que me calma y me acompaña,
eres una sonrisa a cada instante.
Al final tu eres mi balance, lo que me hace feliz.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Shhhh no hagas demasiado ruido

Shhhh no hagas demasiado ruido, ella no debe enterarse que estoy aquí.
Shhhh no hagas demasiado ruido, quiero mirarme en sus azules ojos, reflejarme en ellos sin que ella pueda verme.
Shhhh guarda silencio, deseo acercarme lo suficiente a ella como para poder oler su cabello.
Shhhh!!!!! No hagas ruido que quiero acercar mi piel a la suya lo suficiente como para sentir el calor que aun emana de ella.
Shhhh no hagas ruido que quiero contemplar su belleza, si fuera posible hasta siempre.
Shhhhhh!!!! Callate!!!! o tendré que matarte a tí tambien...

Visión de una escena en el cuento del Rey Barba Azul.

lunes, 10 de noviembre de 2008

INSECTOS

Hace poco decidí realizar un viaje a un agradable lugar cerca de la ciudad con unos amigos. Allí en aquel sitio resultó haber un insectario y con muchísima curiosidad de conocer los extraños especímenes que allí podríamos ver, nos acercamos.

Recorrí el lugar maravillado de ver semejantes bestias en miniatura. Me impresionaba cada vez que leía la descripción que había de cada uno de ellos. Lo poderosos que podrían ser si no fueran tan pequeños. Fue cuando mas absorto estaba con los insectos cuando mi cuerpo comenzó a sufrir una transformación. A medida que observaba más y más insectos diferentes, más lo sentía. Era como si mis partes sufrieran una conversión a algo. Ya bastante mareado me agache cerca al lago y al ver mi reflejo, mi impresión fue de terror al ver como mi rostro iba adquiriendo forma de insecto. Recordé esa novela en la que un tipo se transforma en insecto y pensé que quizás era solo mi imaginación, solo estaba recreando esa historia para mi mismo al verme entre tanto bicho, quizás eso me hacía mucha gracia.

Sin embargo y a pesar de tratar de convencerme a mí mismo de que era solo mi imaginación, el reflejo de mi rostro en el lago continuaba cambiando y cada vez se asemejaba mas a un escarabajo como los que se encontraban en el insectario. De pronto sentí como mi espalda se rompía, se resquebrajaba, se deshacía al parecer y de adentro de ella emergía un exoesqueleto. En cambio de mí espalda tenía ahora un caparazón y unos cuernos exoesqueléticos que surgieron de donde antes tenía mis omóplatos. Al parecer solo yo percibía aquella impresionante transformación ya que mis compañeros de viaje continuaban como si nada, hablándome de lo interesante de los especímenes y de lo hermoso del paisaje. Una amiga incluso se acerco a mí y me tomo de la mano que ahora se había transformado en una especie de pinza.

¿Acaso no veía ella en lo que me transformaba?

Intente entonces hablarle, decirle que me ayudara, que por favor no permitiera que me transformara en el ser tan repugnante que se aparecía en cuando me asomaba al lago, pero al hacerlo ninguna palabra salía de mi ahora puntiaguda, negra y viscosa trompa. Solo un líquido viscoso y desagradable salía mi otrora boca y cada vez que intentaba decir algo, pedir auxilio, solo veía como ese líquido salpicaba el rostro de mi hermosa acompañante sin que a esta le importase.
Trate de soltarme de su mano, de salir corriendo, de alejarme de ella antes de que se diera cuenta del ser en que me convertía pero mi pinza copada de vellos puntiagudos se había adherido a su buzo y a su mano igual que un velcro.

Intente correr pero mis patas eran incapaces de moverse rápido. Todos aquellos que a mí se acercaban quedaban cubiertos de esa baba, que primero emergía de mi hocico pero que ahora emanaba de todos los orificios de mi caparazón.

Todo aquello que tenía contacto conmigo se infectaba de tal porquería. Me lance al piso con el alma vuelta pedazos, sin poder llorar siquiera porque los insectos no lloran. Me acerque al agua para verme una vez, con la esperanza de que la pesadilla terminara, así, sin más ni más, así mismo como había iniciado. Guardaba aun la esperanza de que solo fuera una invención de mi cabeza, quería creer que solo era un ataque de locura momentánea y que terminaría en cualquier momento. Sin embargo allí seguía en el lago el reflejo del monstruo que ahora era. Tan claro el reflejo, que sentí incluso que la transformación se apoderaba por completo de mí. Ya no era mi cuerpo exterior, sino que sentía como todos mis adentros convulsionaban por efecto del cambio.

Levante entonces la mirada hacia donde mis amigos se encontraban y con terror vi como la asquerosa saliva con la que los había salpicado los transformaba ahora a ellos en terroríficos insectos. No podía creer lo que estaba pasando ahora eran ellos los que mutaban allí en frente mío. Ahora era la boca de ellos la que se transformaba en hocico, ahora era de sus caras que emergían cuernos, ahora eran sus espaldas las que se cubrían de caparazones negros y sus manos y piernas mutaban a pinzas horribles.

No vi en sus rostros ni siquiera un poco desagrado, no vi temor, antes más bien creo haber visto sonrisas.

Si eso fue!!!
Sonreían mientras se convertían en asquerosos escarabajos, sonreían y lo disfrutaban.

No lo podía creer, intente gritarles, ayudar a algunos, pero mientras más lo intentaba mas asqueroso y repugnante era el insecto en el que se convertían. Comencé a vomitar y a revolcarme en el suelo, mi acorazado cuerpo se agitó y de entre mis caparazones comenzó a fluir gran cantidad de viscosidad. Sentí rabia, porque sabía que era mi culpa que todos ellos se convirtieran en monstruos. Sentí impotencia por no poder ayudarles. Y fue en ese momento tirado en el piso, cuando mi transformación terminó y me levante de allí. Abrí mis pinzas y mi hocico y con estos comencé a cercenar los cuerpos de aquellos que me acompañaban. Destroce las cabezas de algunos con mis mandíbulas, a otros los decapite con mis pinzas, y todos los despedace. Todos fueron cayendo uno a uno, algunos se resistieron pero el final fue el mismo final para todos. Uno a uno caían al piso pinzas, pedazos de caparazón, cuernos y más. Yo los había creado y era yo quien tenía que detener su miseria. Esa miseria de la cuál parecían no enterarse aun, esa miseria que muchos parecían disfrutar.

Luego de terminar con ellos intente correr, me moví lo mas rápido que pude y me aleje lo mas que pude de todo aquello. En el camino mi cuerpo era un todo de fluidos viscosos saliendo de entre mi caparazón. Vomité. Una y otra vez vomité. Vomite y de adentro de mi, solo salían insectos y pedazos de estos. Corrí o al menos eso intente, corrí tanto que no recuerdo cuanto fue. Solo recuerdo que las tapas de mi caparazón fueron cayendo una a una, poco a poco, a medida que me alejaba de aquel sitio. Mis cuernos se rompían uno tras otro, y el exoesqueleto se iba deshaciendo en pequeñas costras negras que iban quedando en el camino.

TOMAS

viernes, 31 de octubre de 2008

VOLVER A VERTE

La siguiente vez que la vi ya no olía a toronjas, ya su piel no desprendía ese olor cítrico de la primera vez. No solo eso, su mirada antes tierna y angelical se había transformado y ya no era como antes. Su cabello negro, en cambio se veía igual, y su piel trigueña solo un poco más clara que la mía, se sentía también igual que siempre, cuando tocaba sus manos con las mías, cuando mis dedos se deslizaban por sus brazos, se sentía igual cuando con la yema de mis dedos recorría su rostro tratando de encontrar algo desconocido para mí en el.
Había cambiado, ya no era igual que antes, de eso me di cuenta cuando deslizaba mi nariz por su mejilla tratando de alcanzar su cuello. Si era eso, su olor, ya no era el mismo. Ya no me inspiraba esa ternura de antes que me hacia querer abrazarla y protegerla del mundo entero, sino que su piel emanaba un olor que me hacia querer tomarla para mi, abrazarla y fundirme con ella en un único ser. Olía a sudor mezclado con hormonas, olía a humo de cigarrillo, a licor, a menta, a cerveza, olía un poco a cama, a preservativo, a mesita de noche, a jabón chiquito, olía un poco, solo un poco, a sofá de bar, a silla trasera de taxi, a beso en la mejilla, a cuídate mucho, a hasta pronto y para este momento más que a cualquier otra cosa en el mundo, ella olía a mí.
TOMAS

martes, 2 de octubre de 2007

SONAMBULISMO

Hace poco me encontré pensando en lo que quería y en lo que esperaba. De repente mi mente se lleno de un sentimiento profundo de no querer tener cerca de mi un montón de tontos “poetas” tristes, que lo único que querían era aparentar estarlo. No quería cerca un montón de tontos queriendo abrir sus venas y pintar sus ojos de negro para que el mundo viera lo triste de sus corazones. Fue en ese momento, pensando en esto que me di cuenta que no quería despertar mañana, no quería abrir mis ojos y ver de nuevo lo monótono, gris y algo desenfocado de todo. Fue en ese instante cuando decidí levantar mi cabeza y lo que vi fue el reflejo de mi rostro en el espejo, solo eso, solo yo y mi reflejo y mis ojos tristes y negros y mis venas abiertas y mi cabello revuelto y lagrimas negras cortando mi cara y ...

Abrí de nuevo la llave y moje una vez mas mi rostro con el agua. Fue en ese momento; justo cuando cerré mis ojos y el agua toco mi cara, cuando me encontré pensando que quizás mañana no quería ser yo, que quizás quería ser alguien mas porque ya estaba cansado de esta puta vida tan dura.

¡¡¡Pero cuál vida dura!!!

Abrí otra vez mis ojos mientras el agua bajaba por todas y cada una de las lineas de mi rostro, levante mi cabeza y aun estaba ahí, era yo, solo yo y mi reflejo en el espejo y mi corbata desanudada solo un poco y mi cabello perfectamente peinado y el cuello de mi camisa solo un poco mojado y lagrimas cruzándome la cara y ...

Baje una vez mas mi cabeza, una vez mas abrí la llave y una vez mas mis ojos se cerraron mientras el agua inundaba mi rostro. Fue en ese momento cuando pensé que ya no quería querer mas, que ya no soportaba mas tanto cariño adentro de mi y que no era capaz de aguantar la terrible presión que invadía mi pecho, como si en cualquier momento fuera a estallar.

¡¡¡Maldita sea, quiero tanto!!!

Me encontré pensando en lo viejo que estaba, en mi vida, en cuanto quiero, en lo que desearía ser, en lo que esperaba, en mi. Fue en ese momento cuando abrí mis ojos, mientras el agua solo caía en un vació interminable y cuando levante la vista ya no estaba, ni yo, ni mi reflejo, ni nada, solo vi oscuridad mientras mis ojos se abrían y yo despertaba de mi sueño. Al final allí estaba yo, al frente del espejo.

jueves, 26 de abril de 2007

El sueño de Simón


El sueño de Simón siempre había sido cantar, cantar en un grupo de rock igual a como cantaban sus rockeros favoritos. Toda su vida había querido sentir eso que se debe sentir cuando cien, doscientas o miles de personas están frente a ti cantando tu canción, sintiendo contigo, gritando contigo. Más de una vez de sus ojos brotaron lágrimas de tristeza solo con pensar, con imaginar un gran escenario que lo esperaba en algún lugar con cientos de personas ávidas de su música.


La verdad es que la voz de Simón no estaba nada mal y si a eso le agregamos que sabia tocar la guitarra, entonces él tenia al menos una oportunidad entre un millón de lograr su sueño y cada día de su vida se aferraba mas y mas a esa pequeñísima oportunidad. Pero a Simón no le importaba tener tan poca oportunidad, es más ni siquiera pensaba en eso, porque cada mañana al levantarse de la cama se daba más y más esperanza.


Suele suceder que unos amigos nos presentan a otros amigos y a su vez estos a otros más. Con esto solo quiero mostrar que no se como, pero Simón conoció a otros jóvenes con sueños similares al de él, jóvenes en cuyo corazón y mente solo había música igual que en el corazón y la mente de Simón. Quizás este hecho no necesariamente hubiera sido relevante en mi historia, ya que por razones extrañas de la vida al conocerse estos jóvenes no habría pasado nada especial aparte de crearse una nueva amistad o una simple relación de conocidos. Pero ¡NO!, el hecho si es relevante, porque desde el primer día en que se conocieron Simón y estos otros tres jóvenes se forjo algo mas que una simple amistad o relación de conocidos, lo que surgió ese día fue una hermandad, un lazo invisible para el mundo los aferro a uno del otro convirtiéndolos en algo mas que hermanos de sangre, si es que hay un lazo que pueda aferrar tanto.

Decidieron tocar en el garaje de la casa de Simón por puro placer, por pura satisfacción de sus cuerpos y mentes. Ese día la conexión entre ellos se hizo más que evidente, la música que resultaba de la improvisación de Carlos en la batería, Andrés en el bajo, Julián en la guitarra y Simón era simplemente glorioso. Nunca antes el rock había sonado con tal grado de perfección y mucho menos cuando los que tocaban apenas si tenían tiempo de conocerse. Todos cuantos pasaron por la casa de Simón aquel día, a aquella gloriosa hora sin importar cuales fueran sus gustos musicales no pudieron resistirse al encanto de la perfección musical. Aquel día, el primer día de la banda aun sin nombre, ya parecían estrellas. Todos los vecinos del lugar y otros tantos mas preguntaban por la banda, pedían firmas, hablaban de tocar en uno u otro lugar. Para Simón este fue quizás el día más feliz de su vida, ya que pudo ver como esa pequeñísima oportunidad de lograr su sueño, ese que había soñado tanto durante cada día de su vida se hacía cada segundo mas y mas grande y tanto crecía que paso de ser un sueño a una posibilidad real.

Ya no podía dormir, ni comer, ni vivir sin pensar en un gran escenario en alguna parte con miles y miles de personas esperándolo a él y a su banda.


En el siguiente ensayo la perfección llego a tal punto que el escuchar aquella música te hacía perder la noción de la realidad, era una droga mucho más poderosa que cualquiera conocida hasta ahora. Era morir sin dejar de vivir, era morir y resucitar tres minutos después en el éxtasis, un éxtasis ni siquiera comparable con el producido por un orgasmo. Todos los que caían bajo el influjo de aquellas notas eran presas de un incontenible, imparable e irrefrenable deseo de saltar, mecerse, danzar, bailar, de estremecerse. La masa de cuerpos convulsionantes se iba una cuadra más allá del garaje de Simón y solo se detenía cuando una canción finalizaba, pero no paraba en realidad, más bien quedaba toda la cuadra en un silencio expectante, como en un esperar mas, como en un ruego silencioso. Fue por esto que incluso después de terminar el ensayo, una hora mas tarde aun muchos no habían logrado volver en sí, se habían quedado como autistas, no habían querido volver a la realidad sino que mas bien prefirieron quedarse en su mundo de tranquilidad y paz, en ese mundo de perfección creado por aquellas notas celestiales.


La banda continuo tocando una y otra vez, haciéndose cada vez mas famosa, dejando por doquier gente ávida de mas y mas de su música, de su droga, de su muerte en vida.


El sueño de Simón se cumplió una noche de noviembre cuando él, Carlos, Andrés y Julián tocaron por primera vez en un escenario de verdad, con miles y miles de personas adentro del estadio y otros tantos por fuera que no habían alcanzado a entrar. Esa noche tocaron como nunca y mientras tocaban una canción tras otra las personas mas les pedían. Aquella gran masa de personas parecía absorber todas y cada una de las notas y entre más consumía mas quería.

El cerebro y el cuerpo humano son limitados al igual que el hombre en sí, por esto nadie adentro del estadio pudo resistir semejante sobredosis. Uno a uno fueron quedando inertes los cuerpos, convirtiéndose aquello en una gigantesca nube de almas convulsionantes con una música que mas parecía una droga, en un baile que mas parecía un ataque epiléptico, en una vida que mas parecía una muerte.


Pero ¡YO!, yo no pude llegar a tal grado de excitación, mi cuerpo no convulsionó lo suficiente y mi alma no dejo mi cuerpo para quedarse en éxtasis eterno. No, yo seguía allí parado mientras la banda dejaba de tocar. Fue por esto, que en un intento desesperado por lograr alcanzar la perfección, la dicha eterna, el éxtasis infinito, me abalance hacia Simón y de un mordisco en su garganta trate de arrancar sus cuerdas vocales, esas mismas que habían hecho de aquella música la perfección. Aunque trataron de impedirme adueñarme de ellas lacerando mi cuerpo, golpeándome una y otra vez, pateándome, ya no pudieron hacer nada. La vida de Simón fue consumida mordisco a mordisco por mí y su supuesta perfección fue tragada bocado a bocado.

Como había sido mi propósito, mi alma abandono mi cuerpo. Lo que no sucedió fue ese quedarme por siempre en ese éxtasis infinito que esperaba. Todo lo contrario, ahora mi alma vive encerrada día tras día, hora tras hora, en el interior de un montón de carne y huesos, un encierro en extremo nada agradable y alejado por completo del éxtasis eterno. Mi castigo por matar la perfección es toda una eternidad de vida.

TOMAS

Hoy me di cuenta de que es lo que me hace levartarme todos los dias a luchar,
hoy me di cuenta que ni las ganas de vivir, ni de salir adelante,
hoy me enteré que ni siquiera lo hago por mi mismo sino por
una necesidad de demostrarte que no quiero necesitarte mas,
hoy quizas por primera vez en mi vida me enteré que lo unico que deseo en este momento,
es dejar de depender de vos,
dejar de tener de tener esa red ahi debajo de mi que no me deja caer.
En este momento me he dado cuenta
que quiero saber si soy capaz de volar por mi mismo o si aun me falta y cuanto falta,
quiero que me dejes sentir lo que se debe sentir
cuando volamos por nosotros mismos o al menos cuando lo intentamos.
Quiero dejar de tenerte ahi esperandome para recivirme
y sentir como es que golpea el suelo.
Quiero ver si soy capaz de volverme a levantar
a seguir luchando por una causa que no sea el demostrarte que yo soy capaz de hacerlo solo.
Quizas sea estupido,
pero me es inevitable pensar que mi mayor es problema es tenerlo todo,
mi mayor problema es no tener que pensar en que va a pasar mañana conmigo
porque eso ya lo tiene alguien mas solucionado.

26-04-2007

Enero 2007

Quince minutos te espere y no llegaste, me desespere.

En general suelo deseperarme muy pronto, a pesar de que siempre llego tarde. No me gusta esperar, por nadie, a pesar de eso y de que me enoja el esperar siempre me quedo porque de pronto llegan.

Debe ser por eso que no me fui y continue esperandote, mirando el reloj impacientemente y mirando a todos lados como para ver si te encontraba.

A pesar de todo no llegaste, te espere y no llegaste, quince, veinte, treinta incluso cuarenta y cinco pero no llegaste.

No se quizas alla sido mejor asi, tal vez lo mejor sea que nunca llegaste conmigo, porque si te espere tanto quizas no alla sido porque queria verte, sino solo para reprocharte en tu cara que te habias tardado demasiado y que ya no importaba, que yo me iba y que era tu culpa y no mia, que yo te habia esperado pero que vos me habias dejado.

Antes del 2006

Tengo tendencia al miedo, a la muerte, al desespero, a la soledad, a la tristeza. Tengo tendencia a tener miedo de vivir , de vivir mal, de no sentir, de no hacer lo correcto, de no ser lo que esperas, de no ser lo que espero, de no vivir en realidad.

Desgraciadamente tengo tendencia a pensar, a pensar siempre y no actuar, a racionalizar mi vida y no sentirla, a convertirla en una idea y no en un hecho, a volver todo un problema de moral o de creencia, tengo ese gran problema de ser solo eso, una tendencia y nada mas, un ensayo, una prueba, un intento solo eso.


Noche oscura, luz de luna y una canción en el aire.

Un suspiro y un pensamiento en la mente,

la lejania, el no tenerte cerca y la triste sospecha de que jamas fuiste mia.

Sin embargo aquí estas ahora, entre la noche oscura, la luz de la luna y una canción de Pink Floyd.

La noche oscura como tu cabello negro y largo, la luz de la luna un poco menos intensa que el resplandor de luz que siento cuando pienso en ti y la canción que hizo que te recordara, que me removio las entrañas y saco tu recuerdo del lugar al que lo habia enviado para que no me doliera mas.Maldita o bendita canción que me revivio tu recuerdo, tu recuerdo escondido en lo profundo de mi mente y que ahora aflora dolorosamente por culpa de una canción.